Correr a Mediana Edad: Prevención de la Osteoartritis Temprana de Rodillas








Correr es una de las actividades físicas más comunes en el mundo, y sus beneficios para la salud cardiovascular y mental son bien conocidos. Sin embargo, los pacientes de mediana edad (35 a 65 años) que practican este deporte deben ser conscientes de los riesgos que implica para las articulaciones de las rodillas, en especial el desarrollo de osteoartritis degenerativa temprana.

¿Qué es la Osteoartritis Degenerativa?

La osteoartritis es una enfermedad crónica y progresiva que afecta principalmente el cartílago articular, resultando en dolor, rigidez y limitación de movimiento. En corredores, el desgaste repetido en las articulaciones, sumado a factores como el peso y la técnica, puede acelerar la aparición de esta condición. Los estudios muestran que entre el 15-20% de los adultos mayores de 45 años que practican deportes de impacto desarrollan osteoartritis temprana, con mayor prevalencia en las rodillas (Hunter & Bierma-Zeinstra, 2019).

Factores de Riesgo para Corredores de Mediana Edad

  1. Envejecimiento del cartílago: El desgaste natural del cartílago con la edad hace que los corredores sean más vulnerables a la osteoartritis (Felson, 2017).
  2. Obesidad o sobrepeso: Un índice de masa corporal (IMC) elevado aumenta el estrés sobre las rodillas durante la carrera, incrementando el riesgo de daño articular (Messier et al., 2013).
  3. Historial de lesiones: Antecedentes de lesiones en la rodilla, como desgarros de menisco o daño en ligamentos, elevan el riesgo de osteoartritis (Roos et al., 2016).
  4. Superficies de carrera: Las superficies duras, como el asfalto, generan un mayor impacto en las rodillas en comparación con superficies blandas (Esculier et al., 2017).

Precauciones para Evitar la Osteoartritis

1. Control del peso corporal

El control del peso es esencial para reducir la carga sobre las rodillas durante la carrera. Estudios muestran que reducir solo 5% del peso corporal puede disminuir significativamente la carga articular (Christensen et al., 2015).

2. Fortalecimiento muscular

El fortalecimiento de los músculos que rodean la rodilla, especialmente el cuádriceps y los isquiotibiales, puede reducir el riesgo de osteoartritis al proporcionar una mejor amortiguación y soporte a la articulación (Mizner et al., 2010). Los programas de rehabilitación enfocados en la fuerza muscular han demostrado reducir la progresión de la osteoartritis (Segal et al., 2009).

3. Uso de calzado adecuado

El uso de calzado específico para correr, con buena amortiguación, ayuda a reducir el impacto sobre las rodillas. Se recomienda cambiar el calzado cada 600 a 800 kilómetros (Nigg & Wakeling, 2001).

4. Superficies de carrera

Correr en superficies más blandas, como tierra o césped, puede ayudar a reducir el impacto en las articulaciones. Esculier et al. (2017) demostraron que las superficies duras aumentan el estrés en las rodillas, lo que favorece el desgaste articular.

5. Evitar el sobreentrenamiento

El aumento gradual de la distancia y la intensidad es clave para evitar el sobreentrenamiento. Un incremento abrupto de la carga aumenta el riesgo de daño articular (Alentorn-Geli et al., 2017).

6. Evaluación y ajuste de la técnica de carrera

Una técnica adecuada de carrera puede minimizar el impacto sobre las rodillas. Los estudios muestran que el ajuste de la longitud de la zancada y el aumento de la cadencia pueden reducir la presión sobre las articulaciones (Heiderscheit et al., 2011).

¿Cuándo Consultar a un Especialista?

Es crucial estar atentos a las señales del cuerpo. Los corredores de mediana edad deben buscar atención médica si presentan dolor persistente, rigidez o inflamación en las rodillas que persista después de la actividad física. La detección temprana es clave para prevenir la progresión de la osteoartritis y permitir una intervención efectiva, que puede incluir terapias físicas, inyecciones intraarticulares o ajustes en el régimen de ejercicio (Bricca et al., 2020).

Manejo y Tratamiento de la Osteoartritis Temprana

  1. Fisioterapia: La terapia física para mejorar la alineación de la rodilla y fortalecer los músculos circundantes es el tratamiento inicial recomendado (Lohmander et al., 2007).

  2. Inyecciones de ácido hialurónico y PRP: Estas inyecciones han mostrado ser eficaces para mejorar la función articular y reducir el dolor en pacientes con osteoartritis temprana (Filardo et al., 2015).

  3. Modificación del estilo de vida: Reducir la frecuencia de la carrera, combinar con ejercicios de bajo impacto como el ciclismo o la natación, y usar ortesis o rodilleras graduadas para disminuir la carga sobre las rodillas son estrategias efectivas (Richmond et al., 2013).

Conclusión

La carrera sigue siendo un excelente ejercicio para la salud física y mental, incluso para las personas de mediana edad. Sin embargo, es fundamental que los corredores en este grupo etario adopten medidas preventivas para evitar el desarrollo de osteoartritis degenerativa temprana de las rodillas. Con el enfoque adecuado, pueden seguir disfrutando del deporte de forma segura y prolongada.


Referencias

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Dr. Héctor Cepeda 
Ortopedia y Traumatología


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